La Felicidad significa ganancia

En los países asiáticos ‘trabajar duro’ es una norma culturalmente aceptada pero el foco de la cantidad de horas que un empleado trabaja debe transformarse, la atención debe centrarse en los resultados. De hecho, el exceso de trabajo constante conduce a malos resultados porque los empleados se vuelven más estresados, menos creativos y productivos.

 

 Dentro del modelo de empresas felices están Hilton, Microsoft, LEGO, IKEA, Shell, HP e IBM. Sus balances saludables son testimonio del hecho de que son más eficientes, innovadores, ganan más dinero que sus competidores infelices y de que «La felicidad en el trabajo ya no es un lujo, sino que es esencial para una vida plena”.

 

La forma en que un CEO puede reelaborar estrategias de negocio para llevar felicidad al lugar de trabajo y por ende aumentar la productividad es que haga de la felicidad una prioridad estratégica superior, aunque cueste trabajo lograrlo.

 

 «Se requiere un profundo compromiso con la ejecución de un buen lugar de trabajo y también requiere que el CEO realmente se preocupe por las personas de la organización. Esto no es algo que se pueda fingir «. Algunas empresas ya lo han hecho y Southwest Airlines en los EE.UU, es un gran ejemplo de ello, ha hecho de la felicidad de los empleados su prioridad simplemente porque sabe que cuando los empleados son felices, hacen felices a los clientes y por ende, la empresa hace más dinero.

 

La cultura de la felicidad

 El director general también debe ser un modelo a seguir. Si él quiere que los empleados sean felices debe mostrar que él también lo es y que está disfrutando de su trabajo. Alexander Kjerulf, Chief Happiness Officer de Woohoo inc, aconseja para ser positivo y optimista la mayor parte del tiempo que «No tengamos miedo de ser verdaderos seres humanos con emociones reales.»

 

En el mundo globalizado, es un reto para los directores generales poner en acción «estrategias de felicidad» que funcionen a través de la diversidad cultural y las diferencias sociales en conflicto dentro de las empresas que tienen huellas, sedes, en todo el mundo.

 

«Todas las culturas son diferentes, pero lo que hace a los empleados felices es lo mismo en todas partes: resultados y relaciones», afirma.

 

Para ejecutar una organización exitosa, la estrategia de manejo debe ser diseñada para asegurar que los trabajadores sigan siendo felices, mejor productividad refleja el hecho de que los empleados estén haciendo un buen trabajo y marquen la diferencia.

La construcción de relaciones positivas significa que los trabajadores se sientan valorados como personas y tengan una buena relación con sus compañeros de trabajo y gerentes.

 

«Puedo afirmar las veces que sea necesario que los empleados felices tienen esas dos cosas y empleados infelices no por eso es que un CEO debe crear una organización y una cultura que apoye a su gente para que todos puedan hacer un gran trabajo», dice.


Refiriéndose a los países asiáticos, donde ‘trabajar duro’ es una norma aceptada culturalmente, Kjerulf habla de un cambio radical que las culturas asiáticas deben hacer y es dejar de centrarse en el número de horas que trabaja y centrarse en los resultados. Esos no son la misma cosa.

«De hecho, el exceso de trabajo constante se ha demostrado que conduce a malos resultados, ya que los empleados se vuelven más estresados, menos creativos y menos productivos. Usted puede fácilmente estar en el trabajo de 10 a 12 horas al día, pero ¿está siendo realmente productivo todas esas horas? «

 

Él dice que la gente realmente hace mejor su trabajo si sólo trabaja 8 horas al día. Trabajar muchas horas también tiene un efecto muy negativo en las vidas privadas de los empleados, pues al no sentirse cómodos con sus tareas diarias llegarán a sus hogares con mala actitud e indispondrán el ambiente de estabilidad.

 

Un punto clave en un CEO exitoso es su capacidad para dirigir a sus colegas y lograr los objetivos corporativos pero para esto debe comenzar por la medición de la felicidad de los empleados en el trabajo, por ejemplo utilizando una buena herramienta de encuesta para ver lo que hace a su gente feliz o infeliz y luego actuar sobre lo que se encuentra.

 

 Papel de los directivos

Kjerulf también dice que es crucial para formar a los mandos medios en el lugar de trabajo ser un buen gerente mediante la medición de la satisfacción de los empleados al menos dos veces al año, y luego dar seguimiento a los malos gestores, para que puedan mejorar su estilo de liderazgo.

 

Los estudios han demostrado que los daneses son los trabajadores más felices y tienden a irse del trabajo considerablemente más temprano pues son empleados que experimentan mayor autonomía. Consiguen cinco a seis semanas de vacaciones al año, tienen varias fiestas nacionales y hasta un año de licencia pagada por maternidad / paternidad.

 

La pregunta es ¿qué tanta voluntad hay en las culturas para adaptar modelos empresariales de otras partes del mundo?

 Kjerulf dice que el valor para el lugar de trabajo no radica en la cantidad de horas que trabaja, sino en la cantidad de trabajo que hace.

No va a suceder que se trabaje durante la noche, advierte, pero piensa que tiene que suceder, si los lugares de trabajo asiáticos quieren mantener su competitividad asunto que sería poco beneficioso para la calidad de vida de la gente.

 

«Sabemos por muchos estudios que la autonomía aumenta la felicidad y la motivación. Cuando los empleados tienen algún grado de control sobre las situaciones dentro de su trabajo, se sienten más felices y con más poder «.

Este es un desafío en algunas culturas, donde hay una distancia de poder más grande y un deseo de seguridad y estabilidad.

 

Estudios de Kjerulf han demostrado indiscutiblemente que la felicidad laboral facilita a la empresa alcanzar la rentabilidad. La investigación es clara en lo siguiente: ¡ las empresas felices hacen más dinero!

 

 Las emociones positivas

 «Los empleados felices no están simplemente en un mejor estado de ánimo, sino que también hacen un trabajo mucho mejor», dice Kjerulf. Los estudios de la psicología y la neurología han demostrado que las personas que experimentan emociones positivas experimentan una serie de beneficios en el trabajo, incluyendo, explica.

 

Es importante resaltar el siguiente punto clave: que la gestión considere el por qué los empleados felices son un activo para la empresa pues si son felices son más productivos y trabajan más rápido y eficientemente.

 

Él dice que los trabajadores felices se enferman con menos frecuencia y tienen tasas de ausentismo mucho más bajas. Son más creativos, tienen mejores ideas, se retiene el talento y así mismo se genera un ahorro a la hora de reclutar gente nueva.

 

Los empleados hacen a los clientes felices y son más leales a la empresa.Todo esto significa que las compañías felices en un promedio son más rentables y tienen mayores tasas de crecimiento por lo que se hace evidente que la felicidad es un negocio que vale la pena comenzar a implementar en las organizaciones.

 

*Basado en el artículo «Happiness Means Profit» por Alexander Kjerulf, Chief Happiness Officer de nuestro partner Woohoo inc.


Un hombre pequeño está de pie junto a una gran sombra de sí mismo. | Plurum
Por Daniela 3 de abril de 2025
Por: Jose Miguel Caro , CHO en Plurum Gestión inhumana, indigestión humana , así confesó abiertamente una persona en un taller en el que me encontraba, que se referían muchas veces las personas de su organización al área de gestión humana-de personas- además de la gracia natural que esto causó en el recinto, escuchar estos dos términos me generó una profunda necesidad de reflexión, en la medida de poder determinar el porqué en una organización prestigiosa, que paga bien, que tiene buenos beneficios para sus empleados, donde la gente en general tiene unas condiciones privilegiadas; podrían algunos, porque sería un error generalizar, dirigirse al área de gestión humana, bajo una calificación de gestión inhumana o indigestión humana. Y no es la primera vez que escucho términos como estos en las organizaciones, donde, cierto porcentaje de personas, evidentemente la minoría, establece posturas alrededor de una altísima detracción frente a la función de talento humano y creo que un poco, desde la autorreflexión, en la mirada hacia adentro, la función de gestión humana tiene algo de responsabilidad en esta situación. Somos nosotros mismos, los que nos dedicamos a la función de talento humano y especialmente mis colegas que en el día a día cuidan y trabajan por la gente, quienes queremos resolver y atender todas las necesidades de las personas, fomentar un paternalismo excesivamente sobreprotector que busca solucionar todos y cada uno de los asuntos de los empleados. Y en ese orden de ideas, acostumbramos a la gente a que cuando necesita o quiere algo se lo damos y eventualmente, cuando llega un momento o una nueva postura, que busca ser un poco más coherente, más armonizada, más responsable, por qué no más balanceada y equitativa; pareciera que las personas entran en un escenario de “pataleta” donde si no me das lo que yo quiero, cuando yo quiero, donde yo quiero, entonces eres una gestión inhumana…Si no me das el curso que yo quiero, si no me das el beneficio que yo quiero, si no me das el permiso que yo quiero, si no atiendes mi necesidad con la respuesta que yo esperaba. Todo esto me invita a pensar en cómo vamos a reubicarnos, es clarísimo que desde nuestra función tenemos la gran vocación de cuidar a la gente, pero cuidar a la gente no es sobreprotegerla. Cuando uno cuida a alguien en el escenario de su trabajo, en el escenario de la familia, cuando cuidamos nuestros hijos, les estamos enseñando a ellos a ser buenos seres humanos, a ser buenas personas para el mundo, personas responsables que cumplen, que entienden, que ponen el bien común sobre el bien particular, que se relacionan de manera adecuada, que no hacen pataleta. Y lo mismo tenemos que hacer al interior de nuestras organizaciones en la medida en que nuestra postura siga siendo transaccional, buscando solucionar desde el qué le doy, cuánto le doy, cómo se lo doy de forma inmediata, vamos a seguir encontrando la misma situación; personas que ponen su satisfacción en el tener y que al no obtener lo que quieren, manifiestan una altísima insatisfacción con el entorno de gestión humana y es esa minoría de personas, porque quiero recalcar que son una minoría, generan un gran malestar organizacional entrando a contaminar a aquellos otros que se sienten a gusto en el entorno de su trabajo y que de una u otra manera, a veces un poco silenciosa, están orgullosos y confiados de trabajar en su organización. A mis colegas de gestión humana les diría que cuidar no es sobreproteger, les digo que nuestro trabajo es generar un entorno adecuado, es generar un terreno fértil donde cada individuo pueda elegir alcanzar su máximo potencial; y a las personas que se refieren de esa manera a la función que en sus organizaciones se dedica a generar o a conectar alternativas y caminos para que podamos tener un entorno de bienestar, de calidad de vida desde lo transaccional, emocional y relacional, les digo que si no les gusta su trabajo, si no les gusta su empresa, si es tan inhumana, eventualmente tienen la posibilidad de renunciar. Obviamente en estas líneas estoy hablando de las organizaciones que lo hacen bien de manera genuina, desde la gestión de talento humano, porque no tendría sentido dedicarle más que media línea de esta reflexión a aquellas organizaciones que lo hacen mal y que abandonan a su gente, a esas organizaciones que espero más temprano que tarde el tren de la sostenibilidad las lleve a reubicarse o extinguirse.
Un hombre yace en el suelo con notas adhesivas en la cara.
Por Daniela 3 de abril de 2025
Por: Manuela Acosta , Laura Sastoque y Andrés Gutiérrez , Equipo de consultoría, Aprendizaje e investigación. El hecho de que a veces la sensación de seguridad sea más importante que la seguridad real, nos explica el concepto del “Teatro de la seguridad”; se ha descubierto que es probable que evaluemos una situación como menos peligrosa si creemos tener el control sobre ella. Piensa en esta situación, después de los ataques del 9/11, se incrementó la percepción de que viajar en un avión es mucho más inseguro que otro tipo de vehículos, a pesar de que la probabilidad real diga lo contrario:
Un grupo de personas junta sus manos formando un círculo.
Por Daniela 3 de abril de 2025
Por: Steffany Sáenz Malagón , Diseñadora en Plurum El trabajo en equipo no solo está ligado a tener un buen líder y unos compañeros de trabajo perfectos, va más allá de eso, se trata de tener la capacidad profesional y madurez emocional de lidiar con diferentes tipos de personalidades, reconociendo las habilidades de cada uno para lograr grandes cosas de manera conjunta. No todas las personas que conocemos en el transcurso de nuestras vidas son 100 % afines a nosotros, si fuese así, la convivencia y las relaciones humanas serían mucho más sencillas de manejar, pero como no es la realidad, tenemos que ser capaces de adaptarnos a las diferentes circunstancias y personas para alcanzar los resultados propuestos. Hay días en que los compañeros de trabajo llegan con la mejor energía, proactivos y positivos a cualquier reto, hay otros días que la energía está baja y nadie tiene la disposición de hacer las cosas, pero es aquí, en los momentos “malos” donde debemos trabajar en equipo, comprender al otro y lograr los objetivos, no importa si es lunes o si el día está gris o nos llegó un jalón de orejas, tenemos que unirnos como equipo y aprovechar los diferentes talentos para superar los obstáculos que se presenten y lograr llegar a la meta. Trabajar en equipo es fundamental hoy en día, por ahí dicen que “dos cabezas piensan mejor que una” y no está del todo errado, muchas veces cuando trabajamos en equipo podemos llegar más lejos que si lo hiciéramos de manera individual, las ideas del otro y los conocimientos de las diferentes personas que se encuentran en el equipo nos sirven para ver las cosas desde otras perspectivas y encontrar soluciones que muchas veces de forma individual no vemos, además, un buen equipo de trabajo siempre estará unido, porque es en medio de las dificultades que se crean lazos de compañerismo, lealtad, confianza y camaradería, cuando se tiene algún tipo de “aprecio” por estas personas que conforman tu equipo de trabajo, jamás las dejaras caer y tendrás la tranquilidad de sentirte respaldado. Cuando trabajamos en equipo y comprendemos su importancia, no nos interesa llevarnos el reconocimiento personal, lo que importa es que el equipo entregue los mejores resultados y ellos hablen por sí solos, internamente se darán los reconocimientos individuales pertinentes y con esto se construyen las mejores relaciones interpersonales entre lideres y compañeros. Hoy hagamos una reflexión y preguntémonos qué tan buen compañero de trabajo o qué tan buen líder de mi equipo soy, pensemos por un instante si soy el integrante que mi equipo necesita o qué debo mejorar para que mi equipo sea cada vez mejor, de esta manera creceremos como profesionales y como personas, no olvidemos lo que dijo Alejandro Dumas en una de sus obras “Uno para todos y todos para uno”. Material complementario: https://www.youtube.com/watch?v=xIonKgCvhoc Créditos de la imagen: IEIE
Un primer plano de una persona leyendo un libro.
Por Daniela 3 de abril de 2025
Por: Ángela Hernández , Gerente de Consultoría en Plurum Los libros, verdaderos tesoros que han logrado trascender más allá de la misma historia que recogen cada una de sus páginas, y que han permitido contar momentos, algunos de ellos reales, tal vez otros míticos o bibliográficos, etc, pero en todo caso infinitos; porque al final cada libro es la materialización de la realidad de quien se arriesga a ser visible a través de las palabras y también la realidad de quien decide sumergirse en los párrafos y recrear su propia versión. Los libros tienen y cuentan su propia historia, así como lo describe Irene Vallejo en su maravillosa obra “ El infinito en un junco”; relato que describe la evolución de los libros desde sus inicios, y cómo estos logran subsistir más allá de las más feroces batallas, en las que el tesoro más preciado no era el oro o la plata, eran los libros…porque allí estaba lo que generaba el verdadero poder, el conocimiento; este dado por la posibilidad de saber, entender y retratar una realidad vista desde los ojos de quien la vivía y cómo la convertía en algo cierto a través de las palabras que quedaban retratadas en un libro, dibujo, o texto para la posteridad. Y es que un libro, es como la misma mente, absolutamente infinita; y existen tantos, como pensamientos, y tenemos total libertad sobre ellos que podemos decidir qué leer, cuándo, cómo, con quién, para qué…ahora; ¿Qué tanto disfrutamos de esa posibilidad y la hacemos una oportunidad para nutrir nuestra mente, así como lo hacemos con nuestro cuerpo? Los libros, amplían nuestra capacidad intelectual y cognitiva, porque permiten extender nuestro nivel de conocimiento, generando cuestionamientos, diferentes puntos de vista y conceptualizaciones, que aportan en nuestro propio desarrollo, el cual impacta de manera directa al contexto en el que nos encontremos. (laboral, académico, social, familiar), Hoy, a pesar que aún falta un gran camino por recorrer, hemos evidenciado en Colombia un leve incremento en los hábitos de lectura, no importa el medio (físico, digital, verbal), lo que sí interesa es qué hay que seguir avivando la pasión que genera un buen libro, desde lo intelectual, formativo o simplemente como parte de las buenas rutinas de la vida. Según la encuesta nacional de lectura del Dane de 2017, el índice de lectura arrojaba, que cada colombiano leía 2,73 libros al año cifra que ubica a Colombia en un puesto inferior a países latinoamericanos como México, con una lectura promedio anual de 2,9 libros; Perú, con 3; Brasil, con 4; Argentina, con 4,5, y Chile, con 5,4.  Consultar https://www.elespectador.com/bogota/que-esta-haciendo-el-distrito-para-fomentar-el-habito-de-la-lectura-en-bogota/ . Por tanto, motivar desde los primeros años el hábito de la lectura puede fomentar mejores estilos de vida, que contribuyan a la salud mental y emocional de las personas y la sociedad en general. En ese sentido, en los ambientes de trabajo, debemos seguir fortaleciendo la gestión del conocimiento, a través de herramientas como la lectura y la investigación, premisas claves del desarrollo; promoviendo en los equipos y las personas hábitos a través de estrategias como los foros, los clubes de lectura, charlas y debates, los cuales pueden ser prácticas que apalanquen y movilicen el talento hacia la consecución de logros que superen las expectativas, llevando a las organizaciones a ser cada vez más competitivas, sostenibles y gestoras del cambio y la transformación. Para finalizar un pequeño test de cierre: ¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Qué recuerdas de esta lectura? ¿Qué libro recomendarías a un amigo? Gracias por ser parte del universo que hay detrás de cada libro. *Créditos de la imagen: República.com
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